domingo, 31 de marzo de 2013

Ningún árbol puede crecer al cielo sin antes sus raíces tocar el infierno.

Xochimilco


Hermosa tarde con Fernanda y Daniel.

Y sigo teniendo sed




Se trata de tener ese equilibrio, entre tú y el otro tú.

Acerca de liberarse de las cosas que no te dejan ver. Porque al final, uno se queda consigo mismo. Como si estuvieras en este frío palacio de blancos y negros, sólo tú y tú, sentados uno frente al otro, mirándose. ¿Cuál está en su plena calma bebiendo vino de su copa? ¿Cuál apenas siente el miedo y ya está encadenado? Hay luz incluso en la sombra.

Puedo hacer crecer todas mis ramas, el viento se llevará mis hojas, incluso mis tallos serán arrancados. Pero mi ser, mi ser jamás se podrá sacar de raíz.

lunes, 25 de marzo de 2013

Coyotes


Fin de semana con los Coyotes Fer y Daniel. 
Mucha diversión, mucho caminar, mucho experimentar. 
Condesa, Roma, Centro, Lagunilla.
Ya extrañaba algo así :)

martes, 19 de marzo de 2013

Toooooodos queremos sentir el fuego alguna vez. Abrazar la flama. Vivir el calor.

Columpio sereno

Me encuentro corriendo en alguna calle perdida de alguna gran cuidad. Altas horas de la noche. Aire contaminado. Todo es ruido y luz. Los pasos, los coches, la yuxtaposición de las melodías que salen de algunos locales, las luces de neon saltan a mis ojos, y aquellas voces que mi cabeza oye, pero niega a quererlas escuchar.

Corría tal vez sin dirección, mi vista estaba nublada, quizá humedecida. En mi mano sostenía un hilo que a la vez sostenía un papalote. No me importaba si estaba tropezando o si llegaría a chocar contra un cable de electricidad, pero sabía que seguía volando.

No podía con mi respiración. Mis pies se detienen, mis ojos se abren. Veo frente a mi un par de columpios, los contemplo. Se encuentran en medio de la calle, me hablan. Me acerco lentamente, formo una atadura con el hilo del papalote a una cadena del columpio. Me siento, me balanceo. Me agarro, muevo mis pies, una vez hacia delante, una vez hacia atrás. Cierro mis ojos y comienzo a reír  Reír, reír  reír.

Sin darme cuenta la cuerda del papalote comienza a aflojarse. Abro los ojos, ¿Realmente los abrí?
No estoy ahí. Hay un viento fresco. Es un día soleado. El columpio se serena.

lunes, 18 de marzo de 2013

Juvenile


Domingo pasado en Coyoacán con mi gran viejo amigo, Ponce, my juvenile. Ya nos hacía falta volvernos a ver. Comer un churro de Zarzamora y una nieve de Guayaba. Un té en el restaurante y un paseo por los mercados. Hablando de mudanzas, los años que han pasado y los deseos enjaulados.


this is an offer to better the last let-go

martes, 12 de marzo de 2013

Encantado



Era una linda tarde, transformándose en noche, cuando te conocí. Me dijiste tu nombre, y pronunciaste una palabra en particular que quedó grabada en mi cabeza durante mucho tiempo: "Encantado".
Te sonreí y seguí con nuestra primera plática, pero por dentro me puse a pensar en el significado... el cual pueda o no ocultar ésta palabra.

Han pasado meses, y sigo pensando en aquel "encantamiento", en quién fue el primero en estarlo y me pregunto quién no lo ha desvanecido. Aún.



Guadalajara






El fin de semana pasado (viernes 8 - domingo 10) fui a Guadalajara a ver a mis grandes amigos Alan Román y María Jose. Extrañaba noches como estas.

El río quema


¿Qué fue de los remos? ¿Cómo llegó a arder tanto el agua?
Dicen que el río del pasado no es nada potable. Pero aún así puedes meter los pies...

Cuarzo


La última vez que te vi. Al final, nos abrazamos. Me diste un beso en el cuello, y yo por más que quería regresártelo, me lo quedé. Me dijiste “te quiero mucho” y fue algo espontáneo, lo sentí. Durante un momento, en silencio, senti tus brazos en mi espalda. Y bajo aquella noche, tus manos de alguna manera u otra, estaban frías. A través de ellas, me intentabas comunicar algo más. Pude sentirlo. Cerré los ojos y sonreí al viento. Traté esperar tu voz, pero no fue algo que tuvieras que decirme. Tal vez no se podía formular con palabras. Entonces, abrazados por el silencio, cambiamos cosas.

Todo esto no era muy normal, evidentemente. Pero en lugar de pensar si era correcto o no, lo cierto es que no podía evitarlo.

¿Qué es mi viento para seguir soplando tus hojas?

"Estaba soñando"


Y pues no sé, no sabía que decirte, yo solo quería verte. Y, como suelo hacer cuando no se qué decir, pronuncio las palabras menos apropiadas.
[Foto: Berna Badillo]

miércoles, 6 de marzo de 2013

Ya es marzo. Ten piedad y quita ese árbol de navidad.
Ya han pasado muchos meses. Ten conciencia y deja de suspirarme en tantos cigarros.

¿Qué fue eso que dijiste del olvido?


Yo soy aquel niño terremoto. Aquel niño olvidadizo, y que después de todo, recuerda todo.
De nuevo, ocasionándote problemas y desastres. Moviendo todo lo que parecía ser estable. Perdiendo aquel balance ilusorio, como una polilla estampada ante una telaraña tranquila. Demuéstrame dónde está la falla, dónde comienza a temblar el punto débil.

Yo soy el niño accidente, aquel que recuerda todo. Olvidadizo de esa fecha importante, de tu numero, de tu calle. Pero aún así recuerdo el aroma natural de tu piel, recuerdo las noches de lunas hundidas, las calles que solíamos caminar, y recordar. Recordar todas las historias que me contaste, los consejos que me diste, y las palabras que me lloraste.

Y ahí estoy. Estación por estación, mi cara se divide en dos, olvido bajarme en este vagón  y el tren sigue. Soy aquel niño que pierde el último camión a casa, que olvido tantas cosas... ocupado recordando las cosas importantes.

Oh niño Simón, el niño que solía vivir su lado más azul. La corriente del río se niega a calmar, los remos se han caído pero aún así sigue la balsa en flote.

Ilusiones pendientes, niño!