martes, 5 de agosto de 2014

han pasado varios meses.

Y anoche, en medio de tu profundo sueño, tuve que despertarte mientras dormías, para hacerte una simple pregunta.

Hace mucho que no escribo, mucho menos para mí. Esto de hacer cartas ha sido algo más difícil en estos días, pero por esta noche dejaré que las palabras fluyan sobre mis dedos.

Con agosto inician lo meses más nostálgicos, los meses de la segunda mitad del año. Me pongo a pensar con incredulidad, ¿Qué estaba haciendo hace un año? ¿Hace dos? ¿Hace tres? Lo recuerdo perfectamente... Los primeros días de Agosto han sido trascendentales en los últimos 3 años...

¿Cómo estás? Me pregunto cada que lo recuerdo. Lo recuerdo. Lo recuerdo. Y, es algo que estaba platicando con un muy buen amigo el otro día. Estoy bien, estoy tranquilo, estoy (a veces) feliz y (otras veces) no tan feliz. Pero trato constantemente de disfrutar y estar en el presente. Y congelarlo por unos segundos de más, para guardármelo en mis adentros como recuerdos. Como joyas. Como diamantes.

Han pasado varios meses, y muchas cosas han pasado. Cambiado. Crecido. Y también marchitado. Unas cosas por otras. Pero al final, con la esperanza que sea todo para lo mejor. Pasando tiempo con la gente que considero que vale la pena estar acompañado, y hablando de cosas simples y efímeras. Lecciones, cosas por aprender. Porque al final, eso venimos siendo todos en cierto punto: lecciones de vida.


Nunca he podido llegar a ser una persona diurna, pero cuando se trata de llegar a oler el café desde las sábanas, las perspectivas cambian. Y me gusta despertar sabiendo que estás cerca. Que puedo olerte y escuchar tus pies descalzos en el piso frío. Que ya vienes en camino, o que te ayude a decidir qué fruta comprar para comer. Se siente bien. Me siento feliz. Y eso me lo quedo yo.

Entre otras cosas, estoy disfrutando mis últimos días de vacaciones, para luego entrar a mi último semestre de la universidad. Viviendo a veces en La Gloria y otras veces en La Cacho, pero sin ninguna prisa. La cartera no siempre está llena pero eso es algo que no me preocupa del todo, curiosamente. Ya no estoy tan flaco como antes y me cuido más cuando se trata de mi alimentación. O creo que eso me quiero llegar a creer. Mi plan sigue siendo el mismo: quedarme en Tijuana hasta terminar la universidad y de ahí regresar a la Cuidad de México. Pero, quién sabe, ya la ando pensando, igual y mi destino sea en otro lugar. En otro momento, en otra cuidad.


Me gustas como para asumir las consecuencias.